"If you can meet with Triumph and Disaster,

and treat those two impostors just the same"

Rudyard Kipling.-

miércoles, 22 de abril de 2009

Días 2 y 3: Cuando el tiempo nos alcanza...

Si cedes un poco ante él te devora. Hablo del tiempo, aunque pudiese parecer que lo hago de Rafa Nadal, que también, también te devora en cuanto bajas la guardia. El caso es que ya estamos a miércoles y pasan los días y aún no había podido pararme a escribir las peripecias, anécdotas e impresiones del resto de días vividos en Monte-Carlo.

Así que habrá que empezar por el día dos: el sábado. La mañana arrancaba con la expedición ya al completo y con el fichaje de una bandera que traía Edu como acompañante nuestra en las gradas de la Tribune Monaco, una bandera con unas dimensiones importantes como para salir en la televisión del estadio (que no llegó a cazarnos) y como para que aficionados de uno y otro lado se parasen a hablar con nosotros. En especial habría que hacer referencia a una viejecita holandesa, que año tras año acude a la cita monegasca, según nos dijo, y que por lo que pudimos adivinar al día siguiente, parecía una auténtica fanática de Rafa Nadal. Fede hizo buenas migas con ella y quién sabe si no pasará a formar parte de la Penya Guanyará Rafa que algún día fundaremos...

De los partidos mucho que decir (y poco ya a estas alturas). Wawrinka y Djokovic jugaron una semifinal más que interesante, en la que el suizo demostraba su gran calidad adelantándose en el primer set (4-6), pero que no fue suficiente para derrotar a un serbio que ha empezado la temporada de tierra a un muy buen nivel. A Nole Djokovic le bastó con subir un poco la intensidad de los golpes y ponerse a mandar en la pista para dar la vuelta al marcador (6-1 y 6-3) y meterse en su primera final en Monte-Carlo.

Pero el momento cumbre del día iba a ser la segunda semifinal que iban a disputar Andy Murray y Rafa Nadal, que nos hizo disfrutar con un espectacular segundo set. Y es que el partido comenzó con un balear que marcaba claramente el tempo del partido y que quería dejar claro quién es el Rey de la Tierra desde hace ya cuatro años con un contundente 6-2 de inicio. Cuando todo apuntaba a un paseo de Nadal en la semifinal, el británico dio un lección de tenis y de entrega y comenzó a apretar desde el fondo contagiando su ánimo a la grada. Así pues, el segundo set desembocó en un tie-break que se anotó Nadal y que hubiese podido dejarnos una tercera manga de infarto de haber caído del lado de un escocés que dejó bien claro que algún día puede ser un campeón en tierra batida.



El día lo cerramos con un cruce de frontera hacia la bella Italia, momento que aprovechamos para dar un pequeño paseo por San Remo y que quise dedicar a recordar con mis silbidos a la inigualable Raffaella Carra, La piú amata dagli italiani, por el gran cariño que la profesan sus compatriotas, en general, y Giacomo, quien fue mi profesor de italiano, en particular. Grande Raffaella. Algún día contaré en este blog un momento peculiar que viví en los 90 de la mano del programa "¡Hola Raffaella!", con mi madre y mi amigo Patxi como grandes protagonistas a un lado y otro del teléfono. Dejo aquí una canción en su honor. Inimitable. Tanto como la excelente pizza Quattro Formaggi que allí me tomé.



El tercer día arrancó a lo grande. Con dos horas de carrera por la Promenade des Anglais participando de la fiesta de la Semi-Marathon de Nice, que se celebraba ese día. ¡Qué gran placer correr al lado del mar! ¡Y qué tentación tuve de armarla y meterme en el agua!

Con las piernas cansadas y el espíritu cargado nos desplazamos por última vez al Monte-Carlo Country Club para disfrutar de una final que hubiésemos firmado antes de ir: Nadal v Djokovic.



La final no decepcionó. Un primer set para Nadal (6-3) y un segundo para Djokovic (2-6) dejaban el título en el aire y la incertidumbre en todos los aficionados. Pero cuando las circunstancias se vuelven difíciles siempre aparece el genio balear, y allí estuvo una vez más cuando más falta hacía. El número uno se anotó el tercer y definitivo set por 6-1 y escribía con letras de oro su nombre en la historia de este legendario y entrañable torneo como único ganador del mismo en cinco ocasiones. No podía ser menos. Está llamado a ir batiendo todos los récords y este mago no para de hacerlo.



No hay apuesta más segura actualmente en el deporte que la de este hombre, del que no me cansaré de decir que es ya el mejor deportista español de la historia.



En fin, cerramos diciendo que ya está aquí, que ya está aquí... la Maratón de Madrid... El domingo se acerca peligrosamente y un cosquilleo me recorre el interior ante la que se me puede venir encima... Que Dios nos pille confesados.

sábado, 18 de abril de 2009

Día 1: Gracias, Uncle Toni

7:30, el reloj biológico, que no el despertador, me hace abrir los ojos. Rápidamente me dirijo a la ventana, corro la cortina y un día tremendamente soleado se abre ante mis ojos. Uncle Toni ha debido volver a usar sus poderes mágicos para evitar que la lluvia nos arruine la jornada en Monte-Carlo.

Tremendamente alegre por esos rayos de sol, me calzo las zapatillas, me ato el MP3 en el brazo y salgo del Ibis dispuesto a conquistar Niza. Y así hago. Con una alegría en las piernas y en el alma, correteo por el paseo marítimo de esta bella ciudado mientras no dejo de perder de vista el mar... Al ritmo del "I´ll stand by you" las piernas de mueven solas y es el alma la que disfruta de semejante espectáculo con esa mancha azul gigante a tu lado continuamente.



Ya de vuelta al hotel, ducha rápida y salimos disparados al Monte-Carlo Country Club. La carretera que conduce al entrañable pueblo de La Turbie está en obras. El tiempo va pasando y los agobios entran. Pero al final hay suerte y podemos disfrutar de ese inesperado partido de octavos Nadal v Lapentti con el que no contábamos, pero que la lluvia del jueves nos deja de regalo. Partido asequible para un balear que se muestra muy superior y no da ninguna opción al ecuatoriano. Si el tiempo lo permite habrá sesión doble de Nadal, pues esa misma tarde jugaría los cuartos de final.



Segundo partido del día: el esperadísimo Verdasco v Djokovic. El jugador que dio un paso al frente a principios de año en Brisbane y Melbourne frente al siempre duro número tres del mundo. El madrileño empieza distraído y cuando se quiere dar cuenta ya va un set abajo. En la segunda manga reacciona, y aguanta el tipo frente al serbio en todo momento, pero un momento en el que baja la guardia permite a Nole Djokovic adjudicarse un break y romper el partido a su favor. No es el Fernando de Australia y se nota la diferencia de nivel entre uno y otro jugador. Verdasco se muestra especialmente impulsivo y ese exceso de revoluciones parece que le han pasado factura ante un superclase como Djokovic.



Tercer partido del día: en la pista central un poco apasionante Beck v Wawrinka, así que decidimos coger nuestras cosas e intentar entrar en la Court des Princes, donde jugarán Feliciano y Verdasco su encuentro de dobles. Poca historia en un partido marcado por la fragilidad de Feli López con su saque. No anduvo fino y allí fue donde Buhpati y Knowles sacaron tajada. En cualquier caso, pese a lo interesante que puede llegar a ser, no me acaban de convencer las formas de puntuación que se utilizan en los partidos de dobles.

Regresamos rápido a la central porque llega el turno de don Rafael Nadal Parera. Su partido de cuartos contra Ljubicic es quizá el momento más esperado del día. Con un sol que ya no aprieta, y unas semifinales en juego, el balear tiene que lidiar con un jugador venido a menos, que parece querer reengancharse a puestos más altos de la ATP de los que actualmente ocupa. Ivan Ljubicic demuestra clase a raudales, y me viene a la cabeza aquella semifinal de Roland Garros de 2006, cuando tuve la suerte de ver a estos dos mismos protagonistas sobre la tierra batida de la Philippe Chatrier. Pero el tiempo ha pasado, y lo que en su día fue un partido muy entretenido (6-4, 6-2 y 7-6), esta vez se convirtió en un paseo rápido del balear: 6-3 y 6-3.



El día se cierra con el que, sin duda, fue el mejor partido del día: Murray v Davydenko. Un partido con altísimas lecciones de tenis tanto de uno como de otro. Si Murray puso golpes a las líneas y toda la resistencia posible, Davydenko dejó para el recuerdo unas cuantas dejadas para el recuerdo producto de una muñeca prodigiosa. Sólo el frío que aumentaba cada vez más en la Central nos hizo desear que no hubiese tercera manga y que Murray cerrara el encuentro con ese 7-6 y 6-4, permitiéndonos así reencontrarnos con esa genial pizzería que es la St. Roman, situada justo a la vuelta del Monte-Carlo Country Club, donde una ensalada de pollo y una pizza St. Roman, engalanada con queso de cabra, nos esperaban para reponer fuerzas.

jueves, 16 de abril de 2009

A punta de paraguas

Con nubes en el horizonte que esperemos pueda contener y desplazar mar adentro Uncle Toni con sus poderes mágicos, la primera parte de la expedición partirá este mediodía hacia Marsella, para desde allí tomar carretera hacia la bella Niza, sede donde estableceremos el cuartel general para estos días de puro tenis.

Unos cuartos, semifinales y final prometedores se presentan en este horizonte, aunque antes unos y otros tendrán que resolver duelos cuando menos interesantes, como esos duelos nacionales entre suizos y españoles. Stanislas Wawrinka, finalista en el pasado (y descafeinado) Masters Roma´08, lo que da muestras de su calidad en tierra, intentará hacer frente a Papá Federer, mientras que Verdasco y Ferrer abrirán el día en la central con un duelo de altísimo voltaje.

Por otro lado, Don Rafael Nadal jugará ante Lapentti en un partido de muy buenos recuerdos para el balear, pues fue con su victoria ante este jugador ecuatoriano en el pasado Cincinnati cuando el manacorí aseguraba su ascenso al número uno del tenis mundial. Y Andy Murray, por otro lado, se medirá a Fabio Fognini, gran promesa italiana, que estará bien acompañado en las gradas.

¡¡¡¡Ryanair, allá vamos!!!!!!

domingo, 12 de abril de 2009

Ferrero se reencuentra a sí mismo

Han tenido que pasar casi seis años para que Juan Carlos Ferrero se volviera a subir a lo más alto en un torneo de tenis. Han sido seis largos años de travesía por el desierto en esa búsqueda de un éxito perdido, seis años de lesiones, de tristeza deportiva y por qué no, de olvido...

De olvido como el sufrido en la última edición del Masters Series de Madrid cuya organización prefirió invitar a Fabio Fognini antes que a uno de nuestros números uno en el tenis masculino; de olvido de los medios de comunicación, tanto en prensa como en televisión, cuando ahora, por ejemplo, está a punto de sumar las 400 victorias en el circuito ATP; o de olvido de la afición ante ese fenómeno Nadal que tanto bien ha hecho al tenis nacional pero que desgraciadamente ha provocado que otros grandes campeones de nuestro tenis, que algún día también subieron a lo más alto, pasaran a un lejísimo segundo plano... ...

Pero hoy, desde ese discreto puesto nº115 de la ATP, Juan Carlos Ferrero ha vuelto a proclamarse campeón de un torneo ATP en un premio a su constancia. Y es que con la final de hoy, el de Onteniente lleva once años seguidos alcanzando al menos una final ATP cada temporada, desde que en 1999 se metiera en su primera final, año en el que, por cierto, jugó su primer torneo en Casablanca donde ya por entonces alcanzaría las semifinales.

Han pasado once años de finales y seis años malditos desde que en 2003 levantara, como número uno del tenis mundial, el título de campeón del Masters Series de Madrid ante Massú. Desde entonces han llegado a transcurrir hasta seis años en los que el levantino ha intentado todo y no ha sido capaz de sumar un solo título. Sirvan de ejemplo las siguientes finales que ha disputado estos últimos años: 2004 (Rotterdam), 2005 (Barcelona y Viena), 2006 (Cincinnati), 2007 (Costa do Sauipe) o 2008 (Auckland).

Quizá mañana esta noticia no salga en el hueco de ninguna portada. Pero para un ferrerista consumado como creo que siempre me he declarado, una noticia como ésta siempre será la mejor noticia deportiva del día...

Te descuidas unos días...

Te descuidas unos días y la pelota no para de moverse... Resulta que Del Potro sube al quinto puesto de la ATP desbancando a Roddick. Que Andy Murray (qué bueno es este tío) conquista su tercer Masters Series (suma Miami a los de Cincinnati y Madrid). Que Ferrero desbanca a Andreev en las semis de Casablanca y se mete de nuevo en una final ATP (¡vamos Mosquito que aún cuentas con muchos fans como servidor!).



Que los Bryan también son capaces de ganar torneos en tierra batida. Y que Federer y Mirka Vavrinec deciden casarse en Basilea (nueve años después de conocerse) y estar así más unidos ante la gran cita que les espera para el verano cuando nazca Little Federer...



En cualquier caso, de todas estas noticias tenísticas y del corazón hay una que a mí particularmente me ha hecho enloquecer: la de Federer y Monte-Carlo. Resulta que el suizo anunció a principios de año que esta temporada no acudiría a la cita monegasca. Cuestiones de preparación y cuestiones de un nuevo calendario que convertía este clásico de la tierra batida en única cita no obligatoria entre los nueve Masters 1000. Así que don Roger decidió hacer uso de esa no obligatoriedad para elegir Roma y Madrid como preparación a Roland Garros y ahorrarse así posibles sufrimientos en una nueva final sobre la tierra de Monte-Carlo ante Nadal (ya perdió frente al balear las finales de 2006, 2007 y 2008).

Pero parece que relanzado por esta paternidad a estrenar y quizá espoleado por unos organizadores que han sabido y podido convencerle ($$$), resulta que el suizo ha decidido dar marcha atrás y marcarse un "donde dije digo, digo Diego" para finalmente acudir a la cita monegasca que hoy domingo arranca con un cuadro espectacular.

Una noticia excelente porque el jueves aterrizaremos por allí y el viernes ya estaremos perfectamente sentaditos en la Tribune Monaco dispuestos a presenciar unos cuartos, semis y final que prometen ser espectaculares. De momento, en el juego de la ATP en el que toca adivinar cómo será el desenlace del cuadro, yo ya he situado unos cuartos de final apasionantes: Nadal v Del Potro, Murray v Nalbandian, Verdasco v Djokovic (éste es el más complicado, pudiendo salir perfectamente un cruce Ferrer v Almagro) y Robredo v Federer. ¡¡Cuento las horas para volver a ver la tierra roja de Monte-Carlo!!

viernes, 3 de abril de 2009

Nadal se nubla ante del Potro

Sinceramente, en ningún momento previo al encuentro que anoche medía al número uno y al número seis del mundo pasaba por mi cabeza que Nadal fuese a caer ante Del Potro. Los dos se habían enfrentado cuatro veces y en todas ellas había ganado Nadal con una autoridad insultante (nueve sets a favor y ninguno en contra en superficies diferentes como hierba, tierra batida y pista rápida). Cierto que Del Potro venía haciendo bien las cosas en Miami, pero Nadal, aunque menos fresco, estaba demostrando su nivel excelente de juego, un escalón por encima al del argentino.

Sin embargo, anoche en Miami, el de Tandil cambió el curso de su histórico de enfrentamientos con el balear. Le bastó con aguantar la concentración, con aferrarse a su saque, con mantener los pelotazos desde atrás... y con ver cómo Nadal cometía un excesivo número de errores no forzados en momentos clave.

El partido arrancó con un primer set igualado. Ambos conservaban su saque, hasta que en el octavo juego, el nº1 no podía aprovechar una bola de break que le hubiera abierto el camino para hacerse con la primera manga (5-3 y saque a favor). Pero del posible 5-3, se pasaba a un 4-4 en el que Nadal perdía su saque y habilitaba un 4-5 a un Del Potro que no dejaba pasar la oportunidad. Saltaba la sorpresa con un primer set a favor del argentino.



Caía un chaparrón sobre un Nadal apagado que jugaba muy separado de la línea de fondo y que no encontraba su tenis en ningún momento. Arrancaba el segundo set con nuevo break y 1-2 en contra de Nadal. El partido tomaba claros tintes albicelestes y parecía que se iba a resolver por la vía rápida. Pero acorralado como estaba, reapareció la mejor versión de Nadal. Como si ya fuera una tradición en su tenis, cuando peor pintaban las cosas apareció el auténtico número 1. Devolución de break a Del Potro (2-2) y exhibición de todos los recursos de ese tenis al que nos tiene acostumbrados que le llevaban a un contundente 6-3 y 3-0 en la tercera manga.

Parecía que el susto había pasado en Miami y que Del Potro había estado cerca de provocar la sorpresa. Nada más lejos de la realidad. Pese a contar con ese 3-0 y dos breaks a favor, Nadal cedía consecutivamente el cuarto, quinto y sexto juego (cediendo su servicio por partida doble) y el partido entraba en una fase máxima de emoción: bolas de partido que levantaba el balear (se llegó a soñar con el duelo de hace unos días ante Nalbandian al levantar hasta tres antes de forzar el tie-break), 4-3 en el tie-break y saque que acercaban a Nadal a las semis en Miami, tres horas de juego que marcaba el electrónico... Circulaban los SMS en mi salón: "Me va a dar un ataque", "La que nos espera en Monte-Carlo"...

El encuentro nos tenía reservado un final agridulce. Del Potro resolvía la noche con su servicio aprovechando la cuarta bola de partido. Un final justo para un buen jugador con mucha trayectoria por delante, pero al que sinceramente, veo lejos de otros talentosos como Verdasco o Murray. Lo comprobaremos en semifinales, donde esperemos que haya habido una de cal y una de arena, y Fernando Verdasco haya podido superar a Andy Murray. Confiemos en que mis oídos queden libres de cualquier comentario que me pueda estropear este partidazo que me espera para después de comer.

miércoles, 1 de abril de 2009

Al ritmo de Rafa

Al ritmo de dos Rafas me toca moverme estos días. Al ritmo de Rafa Nadal, que nos condiciona los horarios del día a día (partidazo hoy a las 21h ante Del Potro, el martes fue a las tres de la mañana ante Wawrinka) y al ritmo de otro Rafa, Rafa Alonso, mi amigo maratoniano al que conocí en el colegio hace ya más de quince años, y en manos del cual ya me pongo a escasos 23 días de la gran cita, cual Verdasco con Gil Reyes. Y es que el lunes aproveché para estar con él y pude disfrutar de su sabiduría maratoniana, de sus teorías de las piñas y los troncos (que ya contaré) y, sobre todo, de la pasión con la que siempre habla de la maratón: "Está claro que es mala para el cuerpo, lo que no se dice es lo buena que es para el alma". ¡Cuánta sabiduría en esa frase!



El caso es que entre carreras, pádeles y fútbol, pasa la semana pitando, al mismo ritmo que pasa el Masters de Miami, o Quinto Grand Slam, como tanto dice Nacho Calvo en las retransmisiones de Teledeporte (qué tristeza y soledad produce en sus retransmisiones la ausencia de los comentarios de Tomás Carbonell o Álex Corretja).

Como decía antes, esta tarde tenemos una doble cita espectacular: Verdasco v Murray y Nadal v Del Potro. Dos cuartos lógicos y esperados que nos dejan una misma lectura: la confianza de nuestros tenistas en su tenis.

De Verdasco empezaré destacando una curiosidad de estos primeros meses del año. Y es que nunca me hubiese creído a alguien que a principio de año me hubiera dicho que me iba a ver, en poco más de dos meses, tres encuentros entre Stepanek y Verdasco. Y así ha sido: derrota en la final de Brisbane (más por despiste del madrileño que por otra cosa) y contundentes victorias en tercera ronda del Open de Australia y en octavos de Miami, con la misma sensación de haber visto un auténtico espectáculo cada vez que acaban sus partidos.

Esta noche, Murray intentará vengar su dolorosa derrota en Melbourne de los cuartos del Open de Australia, aunque yo soy optimista y creo que Verdasco podrá repetir su victoria sobre el número 4 y podrá escalar un poco más en su actual ránking (9º del mundo), con los puntos que proporciona alcanzar unas semis de un Masters 1000.

En cuanto a Nadal, éste sigue demostrando día a día que lo del número uno no es cosa de un día ni fruto de un bajón de Federer. En la que podía ser la parte más dura de la temporada y donde más podía peligrar su número uno, el balear se está paseando con una entereza y una confianza en su juego abrumadora. Basta con echar la vista atrás y recordar el Open de Australia, Indian Wells, o incluso la final de Rotterdam.



Ante Wawrinka jugó a un muy buen nivel, pese a lo ajustado del marcador (7-6 y 7-6), que lo justificaría más por mérito del rival, que por demérito suyo. Conviene recordar que Wawrinka coquetea permanentemente con el Top Ten y que no es un rival en absoluto fácil. En la atractiva cita de cuartos de hoy se medirá ante Del Potro (o Delpo, como les gusta a los argentinos llamarle). Anoche me jugué con mi amigo Fede una ronda de sidras a que Nadal se mete en semis, aunque éste me asegura que no. ¿Le cegará la pasión albiceleste?

Que empiece ya esta jornada de tenis preciosa y emocionante...