"If you can meet with Triumph and Disaster,

and treat those two impostors just the same"

Rudyard Kipling.-

martes, 13 de septiembre de 2011

Más nadalista que nunca

Siete y veinte de la mañana. Recorro el andén de la estación de Cercanías de Aravaca buscando algún banco solitario. El primero está ocupado por una mujer de unos treinta años que fuma. Si ya de por sí no me apetece compartir banco, descarto el hacerlo con alguien que me va a echar el humo en un sitio en el que está prohibido. En el siguiente banco, un hombre, que también fuma, lee además el Marca. La portada me espanta, me causa rechazo y hasta vergüenza. ¿Quién puede atreverse a comprar un día como ayer un periódico que lleva esa portada? "El periódico más leído de España". Gabri me resuena en la cabeza.


Hoy es un día grande. Hoy es un día en el que todo amante del deporte, y del tenis en particular, debería tener claro que se disputa la final del US Open, pero el Marca prefiere poner en portada una imagen lamentable de un Cristiano Ronaldo cibernético diciendo que es una máquina. Al menos reservan a Nadal una minúscula esquina inferior izquierda. ¿Llegará el día en el que pongan en portada "Gran final del US Open a la vista"? Me temo que no. Si en esta época dorada del tenis no está ya sucediendo, mucho me temo que no. Cuestión de cultura. ¡Quién tuviera L´Equipe!

Diez de la noche. Puntual a mi cita, conecto con Canal+ y su HD. La Arthur Ashe brilla, reluce, crea un ambiente de cita con la historia. Nadal y Djokovic calientan, y a mí me invaden buenas vibraciones. Nadal jugó muy bien las semifinales contra Murray, no dándole opción alguna a la victoria, mientras que Federer tuvo contra las cuerdas a Djokovic, con bola de partido incluida. Hoy puede ser el día. Hoy va a ser el día.


miércoles, 29 de junio de 2011

Si me dicen que tiene poderes...

Verano asfixiante en Madrid. Treinta y un grados a las diez de la noche. Me doy un último chapuzón intentando mitigar los efectos del calor, pero es invencible. Puede con cualquier intento de refresco.

Un menú espectacular me espera como postre de la cena: Nadal v Del Potro, pero el previo es irrenunciable, y al final decido no saltármelo y deleitarme también con un excelente Murray v Gasquet. A pocas cuentas que se echen, la noche promete ser larga, pero Wimbledon bien merece perder unas cuantas horas de sueño.


El Murray v Gasquet da lo que se espera: espectáculo tenístico del bueno. Pese a ser escocés (y yo fiel devoto de esta causa), no voy con Murray. Y es que es difícil no dejarse embaucar por la excelencia y virtuosismo del juego del parisino. Que se me llame exagerado, pero para mí Richard Gasquet tiene matices que sólo he apreciado en el más grande: don Roger Federer. Otra mariposa flotando sobre la pista. Un revés paralelo para paladares muy exigentes.

La lucha es total, y Murray sin jugar del todo bien, sabe mantener el tipo. El primer set necesita muerte súbita. Las estadísticas dicen que tiene que ganar Gasquet cuyos números de la primera manga son excepcionales, pero this is tennis! (Y además, por algo Murray es el número 4 del mundo, y Gasquet el número 13). Lamentablemente, la noche empieza mal y el escocés se hace con el primer set, que sienta como una pequeña losa al francés, que se diluye.

Murray se allana el camino y hasta los recién casados, el príncipe Guillermo y Kate Middleton celebran el 7-6, 6-3 y 6-2. De todas formas, parece que ponerse en manos de su tocayo, Riccardo Piatti, le ha sentado muy bien a Gasquet. Hay que darle tiempo, pero debería explotar de una vez y dar el salto que merece con todo ese potencial que tiene. De hecho, mirando sus resultados este año, en los grandes torneos sólo ha caído ante los super-clases como Djokovic (Indian Wells y Roland Garros), Nadal (Monte-Carlo y Roma), Federer (Dubai) y Murray (Wimbledon).

Y con éstas que llegamos al otro plato fuerte del día: Nadal v Del Potro. Yo ya pensaba que había visto todas las facetas posibles de Nadal en estos años. Y por eso, ayer estaba plenamente convencido de que el balear iba a decir adiós en octavos de final, cuando con 6-6 saltaron todas las alarmas y se tocaba ese pie izquierdo que le hacía poner constantes muestras de dolor.


Parecía materialmente imposible que sin poder apoyar su pie con comodidad, Rafa Nadal pudiese sacar un partido completo adelante ante un rival de la talla de Del Potro. De hecho, sus claros fallos de precisión por no pisar bien al final de la primera manga auguraban lo peor. Pero el manacorí tiró de cabeza... y de magia, porque sacar ese tie-break adelante en ese estado, y con lo mucho que quedaba de partido, a buen seguro que quedará para siempre en el recuerdo del actual número uno, que supo sufrir y sacar provecho a las pocas armas que le quedaban, pero entre las que se encontraban un saque espectacular, que tiene aún margen de mejora de aquí al domingo. No es Harry Potter, es Rafa Nadal, pero si me dicen que tiene poderes... yo me lo creo.

jueves, 12 de mayo de 2011

Nadal pudo consigo mismo

Es cierto que Nadal ha jugados partidos decisivos, finales de Grand Slam, de Masters Series y de Copa Davis, pero el partido que sufrió ayer en Roma contra Paolo Lorenzi no lo olvidará en mucho tiempo.

Y es que cuando surgen las dudas, cuando uno ve cómo los passing shots últimamente no entran, cuando los smashes en un punto decisivo se van por mucho, cuando piensas que tienes enfrente al número 148 del mundo y que es segunda ronda (aunque tu primer partido) y que te está haciendo jugar dos metros por detrás de la línea de saque, cuando sientes que el Foro Itálico ruge apoyando a ese paisano romano que combate a muerte contra ti, debes creer que todos los elementos se han vuelto en tu contra y ya no soplan tan a tu favor. Y más, cuando piensas que estabas en la que creías una de tus casas, como Roma, donde ya ganaste cinco veces y donde levantaste el título contra Coria, Federer, Djokovic, González o Ferrer, y donde debería ser sencillo defenderse al ser uno de tus reductos, una de tus fortalezas, como Monte-Carlo, como Barcelona, como París.

Ayer Nadal estuvo flojo, como cuando jugó contra Federer o Djokovic en Madrid. Y estoy seguro de que si el número uno que se enfrentaba ayer a Lorenzi no se hubiera llamado Rafael Nadal, habría mordido el polvo y habría tenido que hacer las maletas. Pero el manacorí tiró de mentalidad, de serenidad y templanza, y supo sacar adelante un partido épico.

Tengo la sensación de que va a ser un punto de inflexión en lo que queda de temporada de tierra y de que le va servir para ganar tanto en Roma como en París. Al tiempo.

sábado, 7 de mayo de 2011

Y David no pudo con Goliat

Día triste para el mundo del deporte hoy con el fallecimiento de Severiano Ballesteros, y es que poco a poco van desapareciendo los primeros grandes del deporte español a los que tanto debemos que nuestro deporte figure entre los más destacados del mundo. Una lástima que tanto él como Fernández Ochoa hayan padecido enfermedades que les hayan hecho desaparecer tan repentinamente.




No sé si habrá alguna muestra de respeto u homenaje en la Caja Mágica, y más en un día de fiesta grande con un Nadal v Federer a la vista, y un interesante Bellucci v Djokovic. Esperemos que sí, dada la enorme atención que estos encuentros deparan, porque creo que el mundo del tenis debería realizar también su particular homenaje a una de las figuras de nuestro deporte. No me cabe duda que si estuviésemos en Reino Unido, hoy tendríamos momentos más que emotivos.

En cuanto al desarrollo del torneo, ayer tuvimos una sesión marcada claramente por el último enfrentamiento del día en la pista central: Ferrer v Djokovic. El serbio aspiraba a sumar su trigésima victoria consecutiva en lo que llevamos de 2011, y aunque sufrió, como era de esperar ante uno de los hombres más en forma del circuito, Nole supo controlar las embestidas del alicantino, y aprovechar las ocasiones, que siempre suelen aparecer, en este caso, en forma de doble falta en el quinto juego del tercer set, que le permitía al serbio hacer un break que sería definitivo para el desarrollo del encuentro.

Para hoy, mi apuesta es clara, y más visto a este Federer que me deja dudas. Victorias claras de Nadal y Djokovic (en dos sets ambas), y una final tremenda mañana en la que Nadal intentará ser el primero en poner punto y final a la racha de victorias del serbio que le acercan cada vez más a las 33 victorias consecutivas con las que Borg iniciaba 1980, o al récord absoluto de McEnroe con sus 42 victorias de 1984.

Espectacular menú.

martes, 22 de marzo de 2011

Reencuentro

Que Indian Wells fuese el primer Masters del año y que hubiesen pasado casi dos meses desde que Djokovic se hiciera con su primer Open de Australia, produjeron estos días en mí una gran necesidad de vivir tenis de primer nivel y unas tremendas ganas de ver sobre la pista a los Nadal, Federer y Djokovic. Si a eso le añadimos ese extraño magnetismo y atracción que este torneo del desierto de California siempre me ha producido (no sé por qué), el plan era perfecto.

Y como siempre, todo torneo deja unas sensaciones, unas reflexiones y unos momentos para el recuerdo. Y en este caso no fue menos, y esta edición de Indian Wells nos deja a un Djokovic tremendamente sólido que suma un 2011 absolutamente perfecto con un balance de victorias/derrotas demoledor (18/0 para el serbio, que no conoce la derrota) y lo que es mejor, los títulos de Australia, Dubai e Indian Wells en su palmarés.

El serbio empezó acelerado su final ante Nadal, jugando excesivamente rompedor, y utilizando más la potencia que la cabeza, lo que le llevó a perder el primer set, y a hacernos pensar que el balear sumaría su decimonoveno master, gracias a su tremenda inteligencia sobre la pista. Pero el nuevo número 2, supo cambiar el ritmo y meterse de lleno en el partido, al tiempo que Nadal se iba saliendo del mismo con un saque pobre, que llegó a marcar un 25% de primeros en toda la segunda manga. Aquel no era el Nadal del primer set.

Con todo en el aire, se llegó a un tercer y definitivo set, en el que Nole buscó las líneas y sacó de la chistera su mejor tenis lleno de una confianza que le desbordaba y de la que carecía Nadal, que no pudo hacer nada por evitar que Djokovic sumase su segundo título de Indian Wells, y su sexto Masters Series a su palmarés (Miami´07, Canadá'07, Indian Wells´08, Roma´08, París´09 e Indian Wells´11). El serbio ha vuelto.