"If you can meet with Triumph and Disaster,

and treat those two impostors just the same"

Rudyard Kipling.-

jueves, 30 de mayo de 2013

Siempre quedará París

Quizá sea porque ha llegado Roland Garros y siempre será el torneo de tenis por excelencia junto a Wimbledon, quizá porque estamos ya en París y a muchos nos atrae con una fuerza magnética, tal vez porque la arcilla siempre nos hace un guiño a los que queremos ver algo más que lo que el tenis da de sí en pista rápida, o quizá porque Rafa Nadal parece que ha vuelto para quedarse y se le necesitaba en el circuito, pero el caso es que sea cual fuere el motivo, algo me ha llevado a desempolvar estas páginas, quitar las telarañas a este blog, hacerle poco a poco un lavado de cara y seguir intentando adaptarlo a los nuevos tiempos y desde él seguir comentando el tenis a través de mi vida o mi vida a través del tenis, que ni yo sé lo que hago, pero siempre con red, eso sí. 

 Dicho esto, el lunes tuve mi primer contacto con la Philippe Chatrier, dado que el domingo me fue imposible mirar algo más que los resultados. Y es que llegada la hora de la comida se encendieron todas mis alarmas con un mensaje en el móvil avisando del momento que se vivía en la central: “Nadal pasándolo fatal en París!!”, me decía mi contacto murciano. Así que tocó activar el plan de emergencia, y conectar con la Chatrier gracias a Canal+Deportes y su excelente aplicación para teléfonos (ya sé que podría decir smartphone, pero no, conservemos lo que nos dure la palabra “teléfono”). Así que al conectar con la central, mi sorpresa fue mayúscula al comprobar que sí, que la situación no sólo no era la idónea, sino que podía ser tildada de grave. Un desconocido Daniel Brands, alemán también, animaba la jornada con un 4-6 al balear en el primer set de su debut y enfilaba un segundo set dispuesto a todo (5-5). No , no podía ser. Borussia de Dortmund primero, y ahora otro alemán dando al traste con las pocas esperanzas de tener alegrías deportivas este año. No quedaba más remedio que tomar medidas y presenciar el partido en directo, dado que además, cada vez me resulta más difícil vivir en diferido. Aunque vivir en directo tiene ahora muchas más ventajas y es mucho más fácil, así que tiré de pantalla de teléfono (¡qué definición de imagen!) y aislado en mi vagón de metro, me imbuí en la arcilla de la central como un espectador más, viviendo el tie-break del segundo set, que probablemente marcaría si este Daniel Brands pasaría a la historia de ese 20 de mayo de 2013 como el tío que eliminaba a Rafa Nadal, al heptacampeón de Roland Garros en primera ronda, y entraría así en la nómina otros casi desconocidos como Gilles Muller o Lukas Rosol, que en su día dejaban al de Manacor en la cuneta en primeras rondas de Wimbledon. 



 Así pues, pasado Diego de León, y en lo que la megafonía del vagón anunciaba Núñez de Balboa, con 4-6 y 6-6 (4-4) en el marcador, se llegó al momento cumbre del partido. Tres puntos para ponerse dos sets abajo o para igual el partido. Pero estábamos de suerte, los dioses del deporte esta vez no quisieron privarnos de las emociones que esta edición de Roland Garros nos promete y Nadal sacó todo su talento y dejó el miedo para los cobardes. Supo jugar esos puntos con valentía, arriesgó con mucha cabeza y jugó tres puntos tan prodigiosos como inteligentes. Con 1-1 en el marcador, el tercer y cuarto sets no fueron nada fáciles, un clásico de estos partidos con un jugador revelación, y Brands siguió manteniendo una competitividad más que digna que hacen tomar nota de su nombre. 4-6, 7-6, 6-4 y 6-3 en casi 3 horas de juego.