El partido comenzó con un Novak Djokovic muy metido en el partido y un Federer algo desconcentrado, más fallón que de costumbre (acumuló 34 errores no forzados frente a los 40 del serbio), y que llegó a ponerse 4-1 en contra en el primer set. Pero el número 1 da muestras de jugar siempre sin pisar el acelerador, y sólo cuando se vio contra las cuerdas, apretó el ritmo y recuperó su break en contra.

Aún así, eso no le valió para evitar que el serbio se llegase a poner 40-0 con 5-4 y saque, pero, ¡cosas de la vida! Federer es mucho Federer y sin arrugarse lo más mínimo, comenzó a restarle profundo e ir salvando bolas de set hasta igualarle a 40, y salvarle incluso otras dos bolas más con ventaja del serbio. Y por muy fuerte que seas mentalmente, por mucho número 3 del mundo que seas, por mucho palco que tengas con Maria Sharapova apoyándote y todo tu séquito vestido con tu camiseta, es imposible recuperarse de haber desperdiciado 5 bolas de set contra el suizo.
Y así fue, el suizo se llevó al serbio a su terreno favorito del tie-break, esa especialidad que maneja como nadie, y le ganó con bastante autoridad por 7-4.
El segundo set fue similar al primero, con bastantes fallos por ambas partes, nuevas bolas de set desaprovechadas para Djokovic, y nuevo desenlace en el tie-break con el mismo final: 7-2 para el suizo. ¿Qué pasaría en fútbol si una tanda de penalties de una final no tuviera emoción porque sabes quién se la va a llevar? Pues eso pasa con este gigante suizo, que se toma los tie-breaks como auténticos retos que le sacan de la rutina de ganar los sets con autoridad.
El caso es que con dos sets arriba, Nole Djokovic entregó la toalla a Federer, recordándome a lo que pasó en la final del MS de Indian Wells ante Rafa Nadal al principio de la temporada: un serbio feliz por haber alcanzado la final, y dando por bueno el gran resultado obtenido.

¿La realidad? Una ocasión perdida, porque no siempre vas a llegar a una final del US Open y vas a tener 5 bolas de set en el primero, y otras 2 en el segundo, para ponerte dos sets arriba.
Y mientras, el suizo suma un Grand Slam más, como quien suma una simple victoria, y se sitúa ya con 12, a falta de dos para igualar a Pete Sampras con número de Grand Slams obtenidos... Y curiosamente, el número 14 lo podría sumar en París... ¿Será el destino? ¿Tendremos a Bjorn Borg y a Pete Sampras esperando en el palco para ver a quién de los dos les igualan Federer o Nadal? Tiempo al tiempo...

1 comentario:
Este año consigue el record en París, seguro. Federer es mucho Federer.
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