Cicatrices en el asfalto

Bueno, pues ya quedan menos de 48 horas para que arranque la gran fiesta del atletismo popular (la 33ª Edición de la Maratón Popular de Madrid). En el horizonte, un objetivo discreto, pero para mí enormemente ilusionante, que es bajar de las 4 horas, que conseguiría corriendo entre 5´15" y 5´45" por kilómetro.

Pero para horizontes el que contemplaba esta mañana al salir de casa: la ciudad de Madrid despertando entera ante mí mientras Joaquín Sabina sonaba en el coche poniendo la banda sonora a una estampa espectacular... Es una suerte que la primera vista desde casa al poco de salir del garaje sea esa hermosa fotografía de Madrid. Por tus calles correré el domingo, pensaba...

Sabina, siempre ahí, siempre sonando en momentos precisos, y precisamente hoy, 23 de abril, sonaba la mítica Quién me ha robado el mes de abril, cuando a eso de las 7:40 llegaba a la centenaria Gran Vía y veía desde el coche las marcas azules recién colocadas sobre el asfalto como cicatrices indicando el camino a seguir para este domingo, en este homenaje a la vida con lo que decidí tomarme la Maratón de Madrid la primera vez que la corrí.



Y ahí estaba, parado en el coche, escuchando a Sabina en plena Gran Vía, recordando las sensaciones del año pasado de ir corriendo por la calle Fuencarral, girar a la derecha y sentirte corriendo por todo el centro de la Gran Vía, sin coches, para bajar por Preciados y pisar la Puerta del Sol, completamente abarrotada... Uno de los mejores momentos de toda la carrera, sin duda.

He de reconocer que ya estoy como una moto, ilusionado por un lado, pero con nervios que me comen por dentro... y es que la carrera ya está plenamente instalada en mi cabeza, como el miedo a saber si me responderán bien los abductores... Una mezcla inexplicable de ilusión y temor, de alegría y respeto, de felicidad y cansancio... estas sensaciones que sólo el deporte te puede transmitir...