"If you can meet with Triumph and Disaster,

and treat those two impostors just the same"

Rudyard Kipling.-

martes, 2 de septiembre de 2008

Por tierras de Borg y Edberg

Anoche volví a Madrid tras una semana de vacaciones por Suecia, y he de decir que he vuelto encantado. Hemos alquilado un coche y hemos hecho un tour por el sur de este país y uno se da cuenta de lo mucho que necesita airearse y cambiar el hormigón y los ladrillos por la madera durante unos días, y la contaminación de la ciudad por ese verde que esconde cada rincón de Suecia.



Uno agradece ese permanente respeto a la naturaleza de los suecos que hacen olvidar las construcciones junto a la playa o las ciudades llenas de ruido y coches. Quién pudiera ir por Madrid montando en bici como hacen en Goteborg o andar por la Gran Vía y Hortaleza sin tener que preocuparse de los coches que pasan al lado.

Si tuviera que quedarme con algo de todo el viaje, no me quedaría con nada de la Suecia continental, sino con las tres islas que hemos visitado: Gotland (a tres horas en barco), Färo (aislada del mundo, en ferry desde Gotland) y Oland (un puente la une al continente, pero mantiene su esencia), tres perlas bálticas que merecen una semana de estancia cada una.



Eso sí, por muy distraído que pueda estar uno con la belleza sueca, si uno tiene un balón de fútbol y una pelota de tenis metidos en la cabeza, no puede pasar por allí y no acordarse en más de una ocasión de que Suecia es precisamente el país que vio nacer a dos de los mejores tenistas de la historia: los legendarios Björn Borg y Stefan Edberg. Dos jugadores que escribieron su leyenda a finales de los setenta y ochenta y que suman la friolera de diecisiete Grand Slams en veintisiete finales disputadas.

El hombre de hielo (Borg) sumó todos sus triunfos en Europa (seis Roland Garros y cinco Wimbledon), mientras que el Caballero Edberg (y digo lo de Caballero porque recibió el Premio de Honor a la Caballerosidad Deportiva en los años 1988, 1989, 1990, 1992 y 1995, más que ningún otro jugador en la historia) hizo tres dobletes en Melbourne, Londres y Nueva York, con dos Abiertos de Australia, dos Wimbledon y dos US Open, precisamente el torneo que ocupa la actualidad del tenis en estos momentos.





Así que no me quedó más remedio que rendir un homenaje al tenis sueco y darme yo también un homenaje haciéndome con un par de botas de Björn Borg en una zapatería de Goteborg, de la firma de ropa deportiva que Ice Borg tiene ahora en su país natal. Unas botas que, por cierto, están ya deseando llevarme al Masters Series de Madrid y cualquier otro torneo que se precie en un futuro cercano.

En cuanto al US Open, he intentado seguir como he podido esta primera semana de competición desde los ordenadores de los hoteles en los que dormíamos. Y más o menos, he ido comprobando que se ha tratado de una semana bastante tranquila de competición, que no ha deparado prácticamente ninguna sorpresa llamativa pues todos los grandes se han metido en la segunda semana. Quizá lo más impactante haya sido la derrota de Ferrer ante Nishikori en cinco sets, pero yo ya aposté por el japonés en los Juegos Olímpicos (aunque la apuesta me salió rana), y es que este joven jugador tiene muy buen porvenir en pista rápida y ya ganó el año pasado su primer título ATP en Delray Beach, venciendo en la final a todo un Blake. Curioso también el lío en el que andará metido el de Jávea estos próximos días con sus declaraciones a la jueza de silla. También me sorprendió la dura derrota de Verdasco ante Andreev, y es que yo esperaba más del madrileño y me sorprendió que cayera en tres sets ante el ruso. Una lástima no poder tener hoy una jornada completa con un Robredo v Djokovic y un Verdasco v Federer.

En cuanto a Nadal, tras tres primeros partidos bastante cómodos a tres sets, ayer tuvo una enorme prueba de fuego ante Sam Querrey. Pude ver el partido y comprobar la enorme raza de campeón del balear. Un partido sin un ritmo claro, que empezó fácil (6-2), pero que se complicaba en el segundo set (5-7, tras ir ganando 5-3) y que se ponía muy turbio en el tercero, con un Rafa ausente y cada vez más agotado que no encontraba su sitio en el partido ante el gigante californiano, al que muy posiblemente veamos en el equipo norteamericano que venga a Madrid a disputar las semifinales de la Copa Davis.



He de decir que en ese tercer set yo ya veía a Nadal un poco más haciendo las maletas que metido en cuartos de final, pero Rafa pudo aguantar el tipo y tirar de talento cuando la ocasión lo exigía para forzar un tie-break en el tercero y ganarlo a lo campeón, con la contundencia de un número 1. Fantasmas espantados que allanaban el camino en un cuarto set que metía al de Manacor en los cuartos de final en Flushing Meadows, donde le espera otro jugador local, el renacido Mardy Fish, que derrotaba sin problemas a Gael Monfils. Rafa puede hacer historia, alcanzando por primera vez las semifinales en Nueva York.

2 comentarios:

alex dijo...

No te olvides de Mats Wilander, otro gran sueco que tomo el relevo de Borg y gano tanto o más que Edberg, no fué tan querido como Stefan, pero tenía un tenis brilante y elegante, aun recuerdo alguno de sus duelos con Lendl e incluso McEnroe. Por ahi he leido que una vez dijo algo asi: "Si por pasear por las ciudades a las que voy a jugar torneos, ir alguna noche a alguno de sus teatros y conocer algún buen restaurante, voy tercero del ranking en lugar de primero, no haré nada para quitarle el puesto a Lendl".

Un tipo sencillo

alex

wallabee dijo...

Mea culpa. Tienes toda la razón. Mis disculpas para el gran Mats, que curiosamente tiene más Grand Slams que Edberg (7 frente a 6) y además, es el único de todos ellos que ha sido campeón en los cuatro grandes (con la salvedad de que en Wimbledon lo hizo en dobles).
Grandísima esa frase!!