"If you can meet with Triumph and Disaster,

and treat those two impostors just the same"

Rudyard Kipling.-

domingo, 31 de mayo de 2009

¿Y ahora qué hacemos?

Parecía que lo de reservarnos la tarde del primer domingo de junio para ver a Rafita Nadal levantar su Copa de Mosqueteros se había convertido ya en una hermosa costumbre, en una cita fija en el calendario de sus seguidores y en una fecha que este año parecía seguir su curso habitual, pero la tarde de domingo salió rara y tuvo que cruzarse Robin Soderling para desubicarnos a todos y dejarnos fuera de juego a propios y extraños.

Y es que Rafa no fue Rafa, y Soderling tampoco fue Sodeling. Ambos jugadores se cambiaron los papeles y nos permitieron ver a un sueco que dominaba el partido con con potentes saques (77% de primeros a más de 200 km/h), un juego dentro de la pista, dominio en la red, derechas ganadoras y grandes restos, que le permitían meterse al público francés de la Philippe Chatrier en el bolsillo al grito de '¡Robin, Robin!', y le ayudarían después de más de tres horas a entrar en la historia del tenis, como el primer tenista capaz de vencer a Nadal en el que hasta ahora era su territorio privado.

Unos y otros creíamos que el mago balear haría de las suyas y conseguiría levantar el partido en cinco sets, incluso algunos ilusos como el que escribe, pensaba que el manacorí levantaría las cinco bolas de partido que disponía Soderling en el tie-break del cuarto set, pero no fue así, y desgraciadamente, el día nos tuvo que dejar una imagen nueva con un Rafa Nadal saliendo derrotado de la Philippe Chatrier (¡qué poco cariño le mostraron los aficionados franceses al tetracampeón!).



Esta derrota viene a completar un fin de semana nefasto para los cabezas de serie, pues a la derrota de Nadal se unieron las de Djokovic, Verdasco e Ivanovic, entre otros, y permite que don Roger Federer se encuentre ahora con una ocasión única para poder completar el Grand Slam y poner un broche de oro a una carrera espectacular. Se lo merece.

En fin, que extraño como un pato en el Manzanares, torpe como un suicida sin vocación... así nos hemos quedado con esta edición de Roland Garros sin Rafa Nadal. Y es que hay que remontarse a 2004 (cuando Nadal no estaba) para revivir lo que es una segunda semana sin el balear en los cuartos, semis y final del torneo parisino. Para el recuerdo quedará ese récord de 31 victorias consecutivas sobre la arcilla de Roland Garros, que a tan poco nos sabe ahora, pero que difícilmente se podrá igualar algún día...

2 comentarios:

Alberto Garcia dijo...

Y al final ganó...

Federer ya se lo merecía.

Vicente Caballero de la Torre dijo...

Además de una vasta -y demasiado bien disimulada, por la modestia- cultura general me agrada ver que el "blogger" despliega una redacción clara y fluida. Lástima que mis conocimientos deportivos sean tan escasos.