"If you can meet with Triumph and Disaster,

and treat those two impostors just the same"

Rudyard Kipling.-

jueves, 23 de octubre de 2008

Algo se muere en el alma...

Uno se había acostumbrado ya a que cuando se acercaba el otoño, cuando de pronto comenzaban a caer las hojas y las lluvias, cuando se atrasaban los relojes por el horario de invierno, venían las mejores raquetas del mundo a jugar en Madrid. Entonces uno se acercaba con su coche hasta la Casa de Campo o se cogía su línea 10 del Metro hasta Lago y se sentaba en el Madrid Arena a disfrutar del espectáculo una noche sí y otra también.



Uno se permitía incluso el lujo de faltar a clase o de tomarse hasta dos días de vacaciones para disfrutar de las mañanas de tenis en ese recinto que nos saciaba esa sed de raqueta y nos quitaba la obsesión por la pelota, como rezaba una de las diferentes (y acertadas) campañas publicitarias del torneo. Naipes, caballeros, obsesión por la pelota o cyborgs han servido de atracción para un público que no ha necesitado de carteles ni anuncios para abarrotar el Madrid Arena todos estos años y para agotar las entradas la misma mañana en la que se ponían a la venta.





Y ahora, cuando uno ya estaba hecho a esa semana otoñal de tenis, todo pasa a la memoria, a los cajones de los recuerdos, a las fotografías. Y es que atrás quedan ya seis años que han pasado volando y que arrancaron en 2002. Aún recuerdo perfectamente estar sentado en el Aula 1 tan gris y metálica de la escuela de Caminos con Diana a mi lado. Yo pasaba de las insoportables explicaciones de la pizarra (nada habitual) y me sumergía en mi Marca mirando el Programa del Día con los partidos que se jugarían en aquel primer Masters Series de Madrid. "Diana, creo que deberíamos acercarnos. Juega Moyá con Fernando González. Aunque bueno, con un poco de suerte nos acercamos mañana y vemos a Ferrero con Agassi. Un partidazo."



Así mataba yo mis horas disfrutando de los partidos sin llegar a dar el paso de acercarme en aquella primera edición a un torneo que arrancaría con una final imaginaria. Y es que Agassi levantaba el trofeo sin jugar la final por ausencia de Jiri Novak, que se retiraba por lesión antes del inicio del encuentro.



Ya al año siguiente no perdonaría la ocasión y compraría las entradas en el Corte Inglés con mi amigo Rafa para varias sesiones y días. Y quién me iba a decir que en esa primera noche en el Madrid Arena fuésemos a ver a otro Rafa: Rafa Nadal.



Sí, aunque parezca mentira Rafa Nadal era un desconocido chaval para la gran mayoría del público, pese a estar en el nº49 de la ATP, que llegaba a esa primera ronda invitado por la organización para medirse a un Alex Corretja en horas bajas. Pese a perder, el balear le ponía en apuros (6-2, 3-6 y 6-4) en un partido más que entretenido. Era la primera vez que veía en persona un partido de tenis y Rafa Nadal estaba en la pista por vez primera en Madrid.

Y ahora... ahora miro hacia atrás y veo que han pasado cuatro Roland Garros, un Wimbledon, doce Masters Series, un Oro Olímpico y un Premio Príncipe de Asturias del Deporte... Ahí es nada.



Pero he de decir que por aquel entonces yo era 100% ferrerista. El Mosquito Ferrero estaba en su mejor momento de forma y llegaba a ese MS Madrid´03 defendiendo el número 1 del mundo.



Al de Onteniente no le temblaría el pulso en esa edición y firmaría su partido más sensacional en un torneo que este año le ha maltratado: unas semifinales de lujo contra un incipiente Federer, a las que me colaba un amiguete que trabajaba como chófer de los jugadores. El partido nos dejaba unos intercambios excepcionales y una sensación de estar viendo una coreografía de danza por parte de aquel suizo que jugaba como los ángeles. Por algo Roger Federer ocupaba el puesto nº3 del mundo, y acabaría el año como nº2, antes de iniciar un reinado de antología.



Ferrero se imponía 6-4, 4-6 y 6-4 y accedía a una final donde Massú no era rival (6-3, 6-4 y 6-3), alzando así su cuarto Masters Series y undécimo título de su carrera.



Quién se iba a creer en aquel momento, que aquel título sería el último de su carrera hasta la fecha. Después llegaría a más finales pero sin la suerte de alzar ningún trofeo: Rotterdam (2004), Barcelona y Viena (2005), Cincinnati (2006), Costa Do Sauipe (2007) o Auckland (2008).


CONTINUARÁ...

2 comentarios:

Alberto Garcia dijo...

Que grandes recuerdos...

aunque a mi me venía mejor Alto de Extremadura,jejeje

www.galosengalia.es

wallabee dijo...

Muchos recuerdos... sin duda.

Bueno, del Alto de Extremadura, a San Fermín... de la línea 6 de Metro a la línea 3... de la carretera de Extremadura a la de Andalucía...