"If you can meet with Triumph and Disaster,

and treat those two impostors just the same"

Rudyard Kipling.-

lunes, 26 de enero de 2009

Día 8: Verdasco quiere ser grande

Seis de la mañana. Suena el despertador. Por mis cálculos puede ser la hora de que empiece el Nadal v González o el Verdasco v Murray. Dos partidazos que quitan rápidamente el sueño a cualquiera. Qué mejor manera que festejar el día de Australia que con estos dos encuentros. Sin hacer demasiado ruido me instalo en el salón y conectamos con el Melbourne Park.



Mejor calculado, imposible. En la Rod Laver, Nadal y González calientan. En la Hisense, Verdasco y Murray van 15-15 en el primer juego de partido. Ha sido más casualidad que otra cosa, y es que Victoria Azarenka no pudo con el calor y se retiró mareada y llorando de la Rod Laver Arena, y la china Jie Zheng se retiró en su choque ante Svetlana Kuznetsova por una lesión en su muñeca de la Hisense Arena.

Así pues, toca zapping de un canal a otro, de la Rod Laver a la Hisense, como en tantas tardes históricas de fútbol, como aquella tarde-noche de junio de 2007, con aquel Zaragoza v Real Madrid, mientras Tamudo la liaba en el Camp Nou o aquellas tardes fatídicas de ligas perdidas en Tenerife, mientras el BarÇa de Cruyff ganaba en el Camp Nou...

Pese al cambio de un canal a otro, casi toda mi atención va para la Hisense, porque creo que es uno de los mejores partidos que se pueden ver en estos momentos en el tenis actual y sobre todo, porque tengo el presentimiento de que Verdasco va a poder dar hoy el paso más difícil: vencer a todo un nº4 del mundo, como ya le dije anoche en el Bernabéu a un amigo.



Verdasco, ese talentoso jugador, que en el pasado diciembre decidió querer ser algo más que un gran tenista, ese zurdo madrileño al que le gustaron tanto las mieles del éxito en Mar del Plata que decidió pelear más fuerte que nunca por volver a saborear el triunfo. Y si no, que se lo digan a Gil Reyes, preparador físico de Andre Agassi, que le tuvo entrenando por Las Vegas hace unas semanas, sacando lo mejor del madrileño para un 2009 que parece predestinado desde hace tiempo para su explosión.

Que Verdasco tenía la capacidad de ser grande lo decíamos muchos (aunque no sé si a veces nos podía más el deseo que el análisis), no había más que ver la limpieza de sus golpes, la clase que demostraba con la raqueta en sus manos o haberle visto jugar contra jugadores superiores a él en el ranking, como aquellas derrotas ante Djokovic en el MS Madrid´07 o ante Roddick en el US Open´06. Derrotas duras porque demostraba mucho talento, porque ponía todo su arsenal sobre el campo, pero derrotas en las que también mostraba que le faltaba algo... o más bien le sobraba algo: le sobraban errores no forzados. Errores que cometía por falta de fe en sí mismo, y que parece que esa final de la Davis le ha repuesto en altas dosis...

Esos errores no forzados parecen haber sido borrados del mapa, y es que está cometiendo muchos menos en Melbourne. Ante Maraninno, Clement o Stepanek bordó cifras de número uno. Dieciocho errores no forzados en primera ronda, doce en segunda, quince en tercera, que hacen un total de cuarenta y cinco errores no forzados en las tres primeras rondas, sólo dos más que el número uno en esos mismos partidos.

Si a eso le sumamos a unos porcentajes de primeros como los que está teniendo superiores al 70% (incluso al 80% en primera y segunda ronda), el resultado sólo podía ser el que hemos tenido hoy: el pase a sus primeros cuartos de final en un Grand Slam, venciendo al nº4 del mundo.



Había estado cerca. Había alcanzado los octavos de final en Roland Garros dos veces, en Wimbledon otras dos veces y en el US Open, pero le faltaba creerse que él era un jugador para algo más que unos octavos. Le faltaba cambiar la mentalidad, olvidarse de que esos octavos están bien y que son buena ronda para mantenerse entre los veinte primeros. Eso ya es historia. Verdasco tiene que exigirse mucho más, como está haciendo ahora. Es un Top Ten, aunque aún no lo haya demostrado. Iría incluso más lejos, como para decir que es un Top Five... Aunque dejémosle a su ritmo, que parece que está empezando a dar resultados...

¿Y Nadal? Pues solamente diré que cada vez me recuerda más al Indurain del Tour. Una apuesta segura hasta en la pista dura del Melbourne Park. Parece haber convertido en tierra la hierba del All England Tennis Club o el cemento del Melbourne Park, de lo cómodo y suelto que se le ve. Y es que el manacorí sigue intratable. Hoy ha vapuleado a Fernando González por 6-3, 6-2 y 6-4 en menos de dos horas, y con dos datos que marcan el partido: 11 errores no forzados y 33 winners. Estos números huelen a campeón.



Esta noche tenemos dos partidazos extraordinarios: Del Potro v Federer y Djokovic v Roddick, y mañana doble duelo hispano-francés: Nadal v Simon (revancha de los cuartos del MS Madrid´08) y Verdasco v Tsonga. Las primeras rondas pasaron a la historia... El título está en juego y todos van a por él...

Y como guinda a esta gran jornada, Carla Suárez ha decidido copar el protagonismo en el cuadro femenino, donde la tendremos de representante de nuestro tenis el próximo miércoles en los cuartos de final, después de vencer a María José Martínez y Anabel Medina, sucesivamente. La canaria repite así los cuartos de final que hiciera en el pasado Roland Garros.

2 comentarios:

Enrique Carrión dijo...

Como siempre, muy buen resumen y análisis de lo que sucede en el mundo del tenis.
Ya tengo ganas de que llegue marzo para ir a Indian Wells, este año con nuevo patrocinador.
Se fue "Pacific Life" y llegó "Paribas".
Ya me aprobaron el pase de prensa/credencial y ahí estaré los dos fines de semana, incluyendo los viernes.
Gracias,
Enrique Carrión
Desde Riverside, California.

wallabee dijo...

Muy buenas!
Cuánto tiempo sin dejar tus comentarios por este blog!!
Pues sí señor, dentro de nada Indian Wells se echará encima.
Así que Paribas...mira que siguen echando sus redes en el tenis estos franceses... Pocos torneos les quedan ya por patrocinar... Roland Garros, la Copa Davis...

Hablando de franceses, esta noche, doble duelo hispano-francés durísimo...