"If you can meet with Triumph and Disaster,

and treat those two impostors just the same"

Rudyard Kipling.-

jueves, 29 de enero de 2009

Día 10: AMO EL TENIS (y II)

Para completar este idilio profundo que he vivido con el tenis estos dos días en Australia, llegó el cuarto de final que más ganas tenía de ver: Tsonga v Verdasco, con los comentarios excepcionales de Antonio Lamolda y Tati Rascón en Canal+. El finalista del año pasado contra el brillante campeón de la Davis, que parece haber encontrado su verdadero camino con su tenis, se medían por un puesto en la noble ronda de semifinales.

Andaba yo ya algo más recuperado del síndrome de Stendhal tras el cuarto de final disputado por Federer ante Del Potro, con las pulsaciones ya normalizadas y pensando en disfrutar tranquilamente de buen tenis, pero nada más lejos de la realidad. Este partido me iba a dejar secuelas más profundas que el Federer v Del Potro, y es que no tenía la tranquilidad que te da el no ir con ninguno de los dos jugadores, como en el caso del suizo y el argentino. Aquí tenía muy claro que mis ánimos iban con Verdasco, y por eso me iba a tocar presenciar un choque de infarto, como últimamente se está acostumbrando a brindarnos el madrileño.



Éste era EL partido. Mucho más importante que cualquier otro que hubiese disputado el madrileño hasta ahora (después de la final de la Davis), y quizá el partido más importante que tuviese por delante en todo 2009, por la carga simbólica que tenía. Era la posible confirmación de que Fernando Verdasco no es simplemente un buen jugador, sino de que es un grande. La posible confirmación de que su potencial le puede meter tranquilamente entre los diez primeros, porque no tiene nada que envidiar a Simon, Tsonga, Del Potro o incluso al propio Murray. Estaba en juego el pase a unas legendarias semifinales de Grand Slam, algo que muy pocos jugadores pueden alcanzar en su carrera.



Enfrente estaba Jo-Wilfred Tsonga, la pesadilla de Nadal el año pasado en esa misma pista, y brillante finalista de 2008, y por delante un partido duro, más que duro, en el que iba a tocar sufrir de lo lindo y saltar del sofá en más de cuatro y de cinco ocasiones, y encogerse en el mismo en otras tantas. Tocó saltar al ganar el tie-break del primer set, que marcaría el devenir del encuentro, y tocó arrugarse de lo lindo en el segundo set, cuando el de Le Mans resurgía con fuerza y parecía erigirse como un gigante inaccesible.

Pero Verdasco estuvo espléndido en el séptimo y noveno juego del tercer set, momentos clave del encuentro, cuando supo sufrir de lo lindo para conservar su saque al ir por delante 4-2 y 5-3, levantando unas cuantas bolas de break, para poder hacerse con un set que sería definitivo.

Podemos decir que un dato resume el encuentro y a la vez muestra la fe de Verdasco en sus golpes y la seguridad que tiene ahora mismo en su tenis. Verdasco dispuso de cuatro bolas de break en el encuentro. Aprovechó las cuatro. Tsonga tuvo trece bolas de break. Verdasco levantó once de las trece.



Ahora toca un Nadal v Verdasco en semifinales en lo que será la fiesta del tenis español. Si hace unos días decía que el tenis argentino triunfaba en Oceanía con las victorias de Nalbandian y Del Potro en Sidney y Auckland respectivamente, ahora esta semifinal española en la otra parte del globo, no hacen sino mostrar que el tenis español es la mayor potencia actul del tenis mundial.



Se han enfrentado seis veces sobre todas las superficies posibles, con balance claro para el balear: 6-0 (13-1 en sets). Incontestable. Vista la solidez del número uno, creo que sólo se puede apostar por él como acompañante de Federer en la final del domingo. Y más cuando ante Simon dio muestras de una inteligencia y una táctica colosal. Yo ya cuento las horas para que empiece el decimonoveno Nadal v Federer, aunque Verdasco tiene la última palabra para alterar el rumbo de la historia, y ningún disgusto nos daría mañana si hiciese la machada de derrotar al manacorí en ese apasionante duelo de zurdos...

No quería cerrar sin hacer mención a la eliminación de Carla Suárez en cuartos de final ante Dementieva. El marcador (doble 6-2), no muestra la realidad del encuentro, y es que la canaria a mí ya me ha conquistado.



Con su sencillez, con la alegría de sus golpes, con su tenis de escuela, supone una bocanada de aire fresco en medio de un circuito femenino corrompido por estas guerrilleras del este y el oeste que intentan dominar el circuito a base de palos. Carla Suárez hizo cuartos en Roland Garros y los ha repetido en Australia, derrotando a Venus Williams entre otras. La claridad empieza a romper la oscuridad de un circuito al que me daba una profunda pereza dirigir la mirada...

2 comentarios:

Enrique Carrión dijo...

Vi el partido Verdasco-Tsonga. Eran las 11 y algo de la noche en California y quería irme a dormir pero no pude, estaba "enchufado" a la tele. Me alegro de haberlo visto todo.
Verdasco está como un toro, muy bien preparado físicamente. Hasta me dan ganas de manejar unas 3-4 horas e irme a Las Vegas a entrenarme como lo hice Verdasco con el ex preparador físico de Andre Agassi. Creo que estuvo ahí sólo 10 días pero cómo salió, como un semental.
Gracias,
Enrique
California

wallabee dijo...

La progresión de Verdasco ha sido espectacular, ya desde el torneo de Brisbane, donde dio un recital a Mathieu entre otros.

Los partidos ante Marannino, Stepanek, Murray o el propio Tsonga, sólo avisaban de la que iba a liar ayer viernes ante Nadal.

Una lástima su derrota...