"If you can meet with Triumph and Disaster,

and treat those two impostors just the same"

Rudyard Kipling.-

domingo, 13 de enero de 2008

Toca madrugar

En unas horas arranca el Open de Australia, sin lugar a dudas el Grand Slam más peculiar de todos. Peculiar porque se juega en la otra punta del mundo, porque se juega sólo dos semanas después de haber celebrado las navidades, o porque siempre nos trae sorpresas en la final, como aquella del 97 que alcanzaba un jovencísimo Charly Moyá, o la más recientes del 2006 que nos presentó en sociedad a un atrevido Marcos Baghdatis. Es un torneo incómodo para el jugador y para el aficionado. Para el jugador, por el calor y la humedad de Melbourne en esta época del año, y para el aficionado porque implica largas noches de desvelo y la necesidad de tener que tirar del vídeo para grabar muchos partidos y tener que verlos en diferido. Pero pese a ello es un torneo muy entrañable y quizá el más alegre y entrañable de los cuatro Grand Slams.

La edición de este año parte con un indiscutible claro favorito, que no es otro que el suizo Roger Federer. Aunque el corazón me hiciese apostar por Ferrer o Nadal, la cabeza me dice que el suizo no se dejará arrebatar de ninguna manera el que sería su cuarto título, y el inicio del camino a conquistar los cuatro grandes en una misma temporada.

El cuadro ya lo tenemos disponible y no ha sido demasiado duro para Rafa Nadal, que se evitaría a Djokovic y Ferrer en su travesía hasta la final. El que sí será interesante es su rival de primera ronda: el serbio Viktor Troicki. Pese a estar el nº126 de la ATP, creo que le va a dar bastante guerra. Hay que recordar que venció el pasado verano al propio Djokovic en el torneo de Umag, alcanzando las semifinales.



Esta noche debutan también Moyá ante Koubek (ojito a este durísimo partido), Robredo y Feliciano López (que acostumbra a hacer muy buenos resultados en este Grand Slam). Esperemos que no haya sorpresas.

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